Es importante que sobre la mesa del comedor la luz ilumine la totalidad de la mesa, con varios puntos independientes mejor que uno solo central, y que la altura recomendada es de aproximadamente unos 60 a 80 centímetros desde la superficie de la mesa hasta la lámpara, ya que de este modo, las personas sentadas a la mesa pueden verse sin deslumbrarse.
También es recomendable que la iluminación de la mesa sea superior a la zona del salón, donde no es necesaria tanta luz, siendo más acojedora y cómoda para la zona de estar y televisión.
Cuando el comedor es grande, los grupos de focos halógenos empotrados son muy usuales, pero se deben suavizar el exceso de luz instalando diferentes fases de encendido o un potenciómetro, y si son orientables mejor dirigirlos hacia las paredes para que parezca más amplio, así evitaremos los contrastes bruscos de zonas muy iluminados y otros con sombras.
Combinados con lámparas auxiliares de pie, o apliques de pared, cercanos a la televisión, en la parte del salón, así atenuaremos la fatiga visual que provocan los cambios de iluminación que afectan a nuestras pupilas si vemos la televisión a oscuras, recomendando éstos en luz cálida, en contraste con la blanca y brillante que emite la luz halógena del techo.
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